Parece ser que por fin en el año 2010 tendremos una depuradora de aguas residuales para todo Donostialdea, lo que significará que por fin todo lo que en estos municipios tiremos por las tuberias, será tratado antes de verterlo al mar.

Es decir, que hoy en dia, seguimos vertiendo aguas residuales a nuestra costa sin tratar. Mas vale tarde que nunca...

Fuente noticia: www.diariovasco.com

Los vertidos desaparecerán de la bahía de Pasaia tras instalar una tubería submarina en San Juan
La obra para recoger las aguas negras de los cinco municipios ribereños del puerto se inició en 1996 y culminará el próximo año con el tramo de Donibane. El colector sumergido tendrá 460 metros y será anclado por escafandristas.

Las aguas del puerto de Pasajes dejarán de ser la cloaca de Gipuzkoa. En la bahía se han vertido durante décadas las aguas sucias de San Sebastián, Pasaia, Lezo, Errenteria y Oiartzun. La situación ha ido mejorando paulatinamente, desde que en 1996 se iniciaran las obras de construcción de un anillo interceptor que circunda toda la bahía. Este colector recoge y envía las aguas sucias de los municipios citados hasta la depuradora de Loiola (Donostia).

El anillo todavía no está completo y, por tanto, los vertidos continúan. Queda por ejecutar un tramo de 800 metros correspondiente a Pasai Donibane (San Juan). Se trata de una obra compleja, debido a que parte de la tubería será submarina. Una vez concluido este sector, la densa malla de tuberías que recorren todo el perímetro de la bahía se habrá completado y los vertidos urbanos desaparecerán. La Agencia Vasca del Agua, entidad dependiente de la consejería de Medio Ambiente, ha remitido a la Mancomunidad del Añarbe y al Ayuntamiento de Pasaia el proyecto de saneamiento de San Juan. Julen Goikoetxea, jefe de la oficina de las cuencas orientales de la Agencia, señala que se trata de una de las obras más complejas emprendidas en materia de recogida de aguas urbanas. Goikoetxea explica que la tubería tendrá 800 metros de longitud, de los que 460 discurrirán por debajo del agua, la mayor parte enterrados bajo el lecho marino. El colector se colocará paralelo a las viviendas y restaurantes de San Juan situados en primera línea sobre el puerto. Hasta ahora, las aguas sucias salían directamente de estos edificios al fondo marino. 

Casco histórico

La complejidad de abrir una zanja por las estrechas calles de San Juan, unido a otros problemas, inclinaron a los ingenieros por la opción de instalar una tubería submarina en parte del recorrido. Las especiales circunstancias de ese ámbito urbano (carácter histórico artístico, antigüedad de las edificaciones, trazado y pavimentación del viario y alineación quebrada frente al puerto), hacen muy difícil la construcción de un sistema moderno de saneamiento que garantice la recogida de todos y cada uno de los puntos individuales de vertido y su conexión al anillo interceptor. De ahí que se haya optado por la solución submarina. El colector se sumergirá a la altura de la iglesia de Bonanza, situada en la bocana del puerto, y volverá a emerger 460 metros más adelante, aproximadamente donde se sitúa el pantalán de la barca que conecta San Juan con San Pedro. Desde ese punto, la tubería irá en zanja terrestre hasta el colector situado en las inmediaciones de la central térmica, donde conectará con el anillo de la bahía ya existente. Goikoetxea señala que, en la mayor parte del recorrido subacuático, la tubería irá cuatro metros por debajo del fondo marino. «La instalación requerirá que trabajen buzos con escafandra. El colector se deberá asentar sobre una escollera y habrá que sujetarlo mediante bridas. No es una obra que se pueda ejecutar con buzos que utilicen bombonas de oxígeno. Requiere de escafandristas». Éste es uno de los problemas que añade complejidad al proyecto. La tubería se instalará en la parte más angosta del puerto. Los prácticos de Pasajes ya han advertido del riesgo que corren los buzos si permanecen debajo del agua cuando pasa un barco. De ahí que las labores de instalación del colector se deben coordinar con la entrada y salida de buques. Goikoetxea espera que la Mancomunidad y el Ayuntamiento den el visto bueno al proyecto, cuyo coste se elevará a 5 millones de euros. La intención es adjudicar la obra antes de fin de año. La duración se estima en doce meses.